viernes, 27 de mayo de 2016

Un mundo ignoto

En estos últimos minutos creo poder ver todo, desde mis pies pisando sobre este suelo húmedo, hasta mis ojos viendo caer las hojas secas que cumplieron su ciclo y en su caída se dejan seducir por el viendo que sopla desde.. alguna dirección. Quisiera hacer de estos minutos toda una vida y de esa vida toda una eternidad.. 
Se hace emotivo sentir como todo sucede tan lento; como una lagrima tarda tanto en deslizarse, atravesando una montaña por mejilla y mezclándose en un lago por sonrisa. Sin embargo, todo sucede, y me limito a pensar más allá de lo que este lapso me permite. ¿Será esto el fin de algo?, o tal vez, el principio de un mundo ignoto..
Todo es confuso, pero se siente increíble estar perdido, y, más aún, en estas sensaciones, de paz, serenidad que llenan el alma e invitan al hospedaje fraternal..  Nada importa ya, solamente dejarse ir con felicidad.

viernes, 6 de mayo de 2016

Las aves que sonreían

Pequeñas aves visitan diariamente mi ventana, mas aún en días grises, días que dejan mi rostro pálido sin razón aparente. Se desprende mi alma, atraviesa la ventana, y a las aves, y me abandona; la soledad es quién me custodia, sigilosa, en algún lugar de mi cuarto, en algún lugar, en mi vida..
No queda mas que objetos materiales que me rodean y me invitan a padecer... en vano.
Angustiado, permanezco calmo en plena e inmensa soledad que consume mis ánimos de luchar en esta guerra contra un enemigo que siempre estuvo allí, esperando mi rendición, pero, mis ojeras de hombre cansado y enterrado hace tiempo se niegan a intermediar, y la tarde, y la lluvia van entristeciendo todo, congelan y marchitan cada una de las que fueron mis animaciones alguna vez. De grisáceo, el panorama se torna oscuro y ella se acerca, ella me abraza y me susurra al oído recuerdos penosos hallados en mi inconsciente.
A lo lejos, a través de la ventana, lo ultimo que me permite ver en este agonizar es a mi alma alejándose lentamente por el camino, en compañía de las aves que sonreían.