Murmullo de fin de año

Era un viernes treinta y uno de diciembre por la tarde, el ambiente estaba comenzando a celebrar, adelantándose a las personas que, bebiendo unos tragos encendían el fuego para un delicioso asado.
El viento cantaba con voz de niños y pirotecnias. Los faroles encendían su luz, abrazada por la oscuridad que llegaba con millones de estrellas a simple vista, para adornar. En la mesa ya, la familia unida, los niños corriendo alrededor; la alegría en sus pasos y saltos, las sidras descorchadas, las copas cargadas y comienzan todos a brindar con tanta ilusión en sus ojos y prosperidad en sus rostros.
Ya las cero con seis minutos 
 Las personas se movían de aquí hacía allá, se oía el murmullo de fin de año, la calle era un caos... Un caos de felicidad; todos abrazando a todos, tu me abrazaste a mi y yo te besé, y la noche con sus fuegos artificiales en el cielo nos abrazo a todos incluyéndonos... Tú y yo.